Un Pueblo Forjado por el Vino
Durante más de cinco siglos, la vid fue el alma de Viver. Desde el año 1500 hasta 1915, el cultivo de la uva, la elaboración de vino y la producción de aguardiente y pasas transformaron una economía de subsistencia en un próspero comercio que dejó huella en la identidad del pueblo. Sin embargo, la llegada de la filoxera en 1915 arrasó los viñedos y marcó el fin de una era.
Hoy, un siglo después, Viver rescata su patrimonio vitivinícola a través de un elemento clave de su historia: los cubos lagar, antiguas estructuras donde se pisaba la uva para elaborar vino. Este artículo recorre la fascinante historia vitivinícola de Viver, desde sus orígenes romanos hasta la actual recuperación de estos vestigios, testimonio de un pasado que merece ser recordado.
La Historia del Vino en Viver: De Roma a la Filoxera
Los Orígenes Romanos y Visigodos
La viticultura en Viver se remonta al siglo II a.C., cuando los romanos introdujeron la vid en la Península Ibérica. Los soldados llevaban sarmientos en sus petates para plantarlos en las tierras conquistadas, y el culto a Baco, dios del vino, se extendió por la región. Sagunto, cercana a Viver, se convirtió en un importante puerto exportador de vino hacia Roma.
Tras la caída del Imperio Romano, los visigodos mantuvieron el cultivo de la vid, esencial para la liturgia cristiana. El vino, la Iglesia y el latín quedaron indisolublemente unidos durante siglos.
La Influencia Árabe y la Reconquista
Durante los ocho siglos de dominación árabe, aunque el Corán prohibía el consumo de alcohol, los musulmanes en la Península Ibérica continuaron cultivando la vid, produciendo uvas, pasas y, en privado, vino. Tras la Reconquista, Jaime I otorgó a Viver el título de Real Villa en 1244, y el vino se consolidó como una bebida común entre cristianos, judíos y mudéjares.
El Esplendor Comercial (Siglos XV-XVIII)
En el siglo XV, el Valle del Palancia se especializó en la producción vitivinícola. Maestros cuberos vizcaínos construían enormes cubas de roble para almacenar el vino, que se exportaba a Aragón y más tarde a Europa.
En los siglos XVII y XVIII, el aguardiente se convirtió en un producto clave. La demanda internacional, especialmente de Holanda e Inglaterra, impulsó la construcción de fábricas en Sagunto y Viver. El historiador Cavanilles describió en 1793 los viñedos de Viver como "prodigiosos", destacando su extensión y productividad.
La Catástrofe de la Filoxera (1915)
La plaga de la filoxera, que llegó a Viver en 1915, destruyó todos los viñedos en pocos años. La economía local colapsó, y los habitantes tuvieron que reorientarse hacia otros cultivos, como los cereales. El último vestigio de la producción tradicional fue una prensa que funcionó hasta 1963, propiedad de Francisco Benedicto Calpe.
Los Cubos Lagar: Ingeniería y Tradición
¿Qué es un Cubo Lagar?
Los cubos lagar eran depósitos circulares o cuadrados, construidos en piedra y ladrillo, donde se pisaba la uva para extraer el mosto. Su diseño permitía una fermentación controlada antes de trasladar el vino a barricas.
Proceso de Elaboración del Vino
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Vendimia: La uva se recolectaba en septiembre y octubre, evitando días de lluvia.
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Pisado: En el cubo, los vendimiadores pisaban la uva sobre un entarimado de tablas, sujetándose con cuerdas.
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Fermentación: El mosto fermentaba durante 10-15 días, separándose los hollejos.
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Extracción: El vino se sacaba por una bocana (orificio en la base).
Construcción de un Cubo
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Materiales: Piedra caliza, ladrillos de barro cocido y argamasa (cal y arena).
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Técnica: Se levantaban muros de 60 cm de espesor, revestidos internamente con ladrillos para impermeabilizar.
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Capacidad: Algunos superaban los 40.000 litros.
La Recuperación de los Cubos Lagar
Desde 2013, el Grupo de Recuperación de la Cultura del Vino de Viver, en colaboración con el Ayuntamiento, catalogó 87 cubos lagar. Algunos están en ruinas, pero otros se han restaurado:
Cubos Destacados
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Rocha Palmera: Restaurado en 2015, con capacidad para 35.000 litros.
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Alonso: Junto a la Iglesia, conserva su estructura original.
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La Chana: En proceso de recuperación, con un diseño circular único.
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Ragudo: Conjunto de seis cubos, testimonio de la producción a gran escala.
Estos espacios no solo son patrimonio histórico, sino también herramientas educativas. En 2015, escolares de Viver recrearon la vendimia tradicional en el cubo de Rocha Palmera, pisando uva como lo hicieron sus antepasados.
Conclusión: Un Futuro para el Pasado
La historia vitivinícola de Viver es un relato de auge, decadencia y renacimiento. Los cubos lagar son monumentos vivos que conectan a las nuevas generaciones con sus raíces. Su recuperación no solo preserva la memoria, sino que también impulsa el turismo cultural y reivindica una identidad ligada a la tierra.