
Viver y su historia
Viver CS VC
Viver, también conocida como Viver de las Aguas, es una villa de la Comunidad Valenciana, España. Pertenece a la provincia de Castellón en la comarca del Alto Palancia. Está situada al suroeste de la provincia de Castellón, en el valle que une la Comunidad Valenciana con Aragón, a 559 m.de altitudinal.
Situado en un espacio natural privilegiado, su término municipal, rodeado por las estribaciones de las sierras del sistema ibérico (Javalambre), aparece abierto al mar Mediterráneo a través del tortuoso cauce del río Palancia, principal accidente geográfico y espectacular espacio natural al cual vierten los numerosos barrancos y fuentes diseminadas por el territorio.
Además, el municipio se sitúa en el histórico y antiquísimo paso natural de la costa al interior, en un punto estratégico de frontera entre los antiguos reinos de Valencia y AragónCastellón, a 70 km tanto de Castellón de la Plana, como de Valencia y Teruel.
Pertenece al partido judicial de Segorbe. Su término municipal abarca 50 km² y recibe el nombre de Viver de las Aguas por las más de cincuenta fuentes que se reparten a lo largo de su geografía.
Al principio...
Las magníficas condiciones geográficas y climáticas, hicieron de Viver un lugar ideal para el asentamiento de grupos humanos, siendo un claro ejemplo el paraje natural del Sargal, ya habitado desde el Paleolítico Superior.
También existen evidencias de una densa ocupación de este estratégico territorio durante la época ibérica (restos arqueológicos de poblados y de una torre cerca del río). Pero no será hasta el año 193 a.C. cuando Marco Poncio Catón "el Viejo" funda en este lugar una villa con el nombre de Belsino, posteriormente los mismos romanos cambiaron el nombre por Vivarium, del que deriva el actual, debido, con toda probabilidad, a la construcción en el paraje natural de La Floresta de un complejo de viveros para la cría de peces (de ahí del símbolo de los peces que presiden el escudo heráldico de Viver).
El periodo islámico supuso el asentamiento de pequeñas alquerías autosuficientes en esta zona montañosa, que serán conquistadas, en torno al año 1238, por las huestes del monarca Jaime I.
El 12 de abril de 1367, se otorga a Viver carta de población, por parte de Juan Alonso, a la sazón de señor territorial, donde se declara población independiente, siendo repoblada por población cristiana.
Posteriormente, esta villa va siendo heredada, devuelta al Rey y finalmente vendida al Duque de Calabria, Virrey de Valencia en 1537; el 26 de octubre de 1550 murió el Duque, legando sus bienes al monasterio de San Miguel de los Reyes en Valencia, fundado por él y los religiosos de la orden de los mínimos toman posesión de Viver hasta el final del régimen señorial en el siglo XIX.
Durante la guerra civil española formó parte en 1938 de la Línea XYZ que defendió y detuvo el avance desde Teruel de las tropas nacionales sobre Valencia, y sufrió graves deterioros en su patrimonio. En 1945 se inaugura la restaurada Iglesia Parroquial y las viviendas reconstruidas por Regiones Devastadas.
Max Aub y Viver de las Aguas
“La poco agua está hecha para correr con el olor de la tierra. El agua quieta da miedo. ¡Acequia viva de Viver, desenróllate que te coge, que te alcanza el remanso!, ¡que te come viva!,¡menea y remenea tus ovas y tus líquenes como si fuera tu propia cola!
"Campo de almendros"
Max Aub.
Max Aub pasa en Viver el verano de 1935, de junio a septiembre, como se veraneaba antes. El verano del 36 no vienen a Viver porque Perpétua Barjau, mujer de Max, estaba embarazada. Dio a luz a Carmen, su tercera hija a finales de julio. Con anterioridad al verano del 35 veraneaban el Las Arenas en Valencia. La enfermedad pulmonar de su hija Elena es la razón por la que los médicos aconsejan a Max un clima más seco y una mayor altitud. En un principio eligen el balneario “El Paraíso” de Manzanera, pero no tardan en cambiar su destino vacacional por Viver. Las razones para el cambio parecen claras. En 1914 cuando estalla la primera guerra mundial, la familia Aub-Mohrenwitz, de origen judío, emigran a Valencia y fijan allí su residencia. Se matricula en el instituto Luis Vives, único laico de Valencia, donde conoce y comparte estudios con José Gaos, Genaro Lahuerta, Fernando Dicenta, Manuel Zapater…Con todos ellos mantiene una profunda amistad a lo largo de toda su vida. También en el exilio.